Hay gente que me pregunta por qué viajas tanto, acaso no trabajas, o eres millonario. Mi respuesta varía depende de mi humor; pero si trabajo y mucho y no soy millonario, a veces salgo con lo justo, pero eso no me impide poder viajar cuando se puede. Además,
Yo viajo entre miles de razones, porque…
– me ahogo
– no sé qué hacer en casa todo el día
– quiero conocer culturas nuevas
– quiero recorrer toda Venezuela y descubrir sus maravillas, no me canso
– es mi única terapia y mi único vicio
– me gusta la libertad y tener el control
– es un estilo de vida
Yo viajo porque un día, no se cómo, me di cuenta que tenía que hacerlo. Me di cuenta que era algo que me llenaba en serio. No me gusta la monotonía, lo fácil, lo cómodo: me aburre todo eso. Me gusta lo nuevo, lo desafiante, lo diferente.
Yo viajo porque, la verdad, no me veo haciendo otra cosa en un futuro cercano. Uno al viajar aprende a conocerse a sí mismo, a valerse por sí mismo y a deberse las explicaciones a uno mismo. Y tengo la esperanza de que, al menos, al estar en un constante viaje la vida no se me escapará a través de los dedos, sino que la tendré para mí.
O como diría Kevin Johansen:
«No quiero pasar la vida sin que la vida pase a través de mí»